Quizás sea más común encontrar construcciones u
obras de arte que tengan esta característica, antes que paisajes, pues en ellas
se encuentra también la idea de lo hecho por el hombre de esa misma tierra, lo
que le da un valor agregado.
En las ciudades costeras estos grandes símbolos
se asocian inevitablemente con el mar y es que poco puede escapar de su
influencia cuando cada día se despierta con ese acompañante inmenso rodeando
las costas. Ese es el caso de Ciudad del Carmen, la cabecera de municipio de
Campeche, uno de los hermosos estados del sureste mexicano.
Uno de los atractivos en Ciudad del Carmen es
justamente aquel que sabe también representar al pueblo y que se configura,
además, como punto de encuentro de la misma comunidad, estamos hablando del
Puente El Zacatal y del Malecón.
El Malecón es, en todas las ciudades costeras, el
lugar elegido por todas las personas para reunirse y que forma parte de la
identidad del lugar. Para quienes son originarios de allí y vuelven a al ciudad
después de un largo tiempo, ver el Malecón les genera la misma sensación que
volver a cruzar la puerta de su casa, pues es algo muy familiar.
El Puente Zacatal es otro de estos atractivos en
Ciudad de Carmen que completa el paisaje costero junto al Malecón. Este puente
que se encuentra en el kilómetro 165 de la carretera Villahermosa – Ciudad del
Carmen es, además, el más largo de toda Latinoamérica pues su longitud llega a
los 3861 metros .
El ancho de 9 metros
permite que se pueda circular en los dos sentidos.
La belleza de estos dos sitios durante el día,
rodeados del agua clara que refleja los rayos del sol, es innegable y nos
acerca un paisaje pintoresco y típico, pero es durante la noche cuando este
sitio se convierte en una muestra de belleza y de orgullo que trasciende la de
un simple lugar público y se convierte casi en una obra de arte en sí misma. Y
es que todos los días cuando llegan las ocho de la noche y también una hora después,
a las nueve, tiene lugar en esta gran obra de ingeniería un espectáculo único
de luz y sonido que reúne a la comunidad para disfrutar de algo tan propio.
La belleza de las formas, las líneas y
ondulaciones, se ven resaltadas por el juego de luces y los diferentes tonos
que van adquiriendo a medida que avanza el espectáculo. Este es tan solo un
ejemplo de alguna de las cosas que podemos ver en la hermosa Ciudad del Carmen,
un lugar que nos espera para sorprendernos.
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