2 dic 2012

Museo Insectaria de Culiacan

Los museos son una parte muy importante dentro de la comunidad. Además de ser los ligares que simbolizan el conocimiento y el patrimonio cultural del pueblo, son sitios que siempre tienen abiertas sus puertas para todas las personas que quieran compartir ese valor tan importante como lo es el saber.

Cada ciudad tiene un museo que nos habla de su pasado y formación, de sus luchas, de sus logros, de sus grandes personajes, de su producción artística tanto la histórica como la contemporánea y de áreas más generales como por ejemplo los museos de ciencias o de tecnología.

En una mezcla de las dos categorías, de lo local y de lo general podemos situar a uno de los museos en Culiacán: el Museo Insectaria, ubicado en el kilómetro 7.5 de la Carretera a Culiacancito, en un sitio que se conoce como La Higuerita.

Tal como lo dice su propio nombre, este museo se encarga de albergar una colección de insectos de la región de manera tal que podemos apreciar un aspecto general que se refiere a las especies en sí y a través de ellas a la biodiversidad, y por otra parte local ya que se trata de especies recolectadas en la región.

Este es uno de los más interesantes museos en Culiacán pues no en cualquier parte encontramos tamaña colección que llega nada más y nada menos que a los 857ejemplares de 739 especies distintas. Si nos ponemos a pensar en cuantas especies de insectos conocemos por nuestra cuenta es probable que no lleguemos a las 30, por lo que nos preguntamos quién podría conocer tantas y concluimos que debe ser una persona con mucho conocimiento en la materia.

Y es así puesto que la colección fue reunida por Jorge Aragón, un entomólogo con más de 30 años de experiencia que se dedicó a buscar los insectos de todo Sinaloa. el mismo cuenta que si bien había comenzado a coleccionar los insectos de pequeño, con el paso del tiempo se olvidó de este hobbie hasta que vio la colección realizada por dos entomólogos y exhibidas en el museo de Frida Kahlo, colección que lo dejó perplejo y con ganas de continuar aprendiendo y recolectando.

Esta misma anécdota nos sirve no solo para saber la historia de este museo sino para entender a importancia de todos ellos puesto que, como le pasó a Aragón, Insectaria u otro museo puede servir de disparador para cualquier niño, de esas inquietudes propias o de esos dones que nacen con la persona misma y que a veces no se llegan a desarrollar por falta de incentivos.

Este mismo museo tiene 13 mil ejemplares que se encuentran, todavía, en proceso de clasificación, lo que nos habla de un trabajo permanente en pos de la divulgación del conocimiento de la propia diversidad natural de esta parte de la costa occidental mexicana, otro ejemplo de la gran riqueza que tiene este suelo, no solo en cuanto a vegetación y fauna sino a los propios insectos. Y de riqueza también de gente apasionada que va detrás de aquello que le llama la atención y pone ese conocimiento y esa colección al servicio de la comunidad.

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